miércoles, 18 de abril de 2012

Incorpora el ejercicio a tu vida (I)



  Hacer ejercicio no siempre es tarea fácil, incluso bajo las mejores circunstancias. Pero ¿qué puedes hacer para que te resulte más fácil? Hay una serie de pautas que, cuando se siguen, pueden darte todo el soporte que necesitas para convertir al ejercicio en una parte regular de tu vida. Estas pautas incluso pueden facilitarte las cosas y hasta hacer que lo disfrutes, algo que es muy importante para desarrollar un hábito duradero.
  La clave es pensar en la actitud que tienes para con el ejercicio y determinar si lo que haces te ayuda, o no, a que puedas llevar una vida mejor. 

  A continuación aquí tienes diez pautas para que te sea más fácil planificar, preparar y comprometerte con el ejercicio.

1. Date tiempo.
Una rutina de ejercicios no trata sólo de tener objetivos o hacer un plan, también trata de tiempo. Necesitas tiempo para invertir en el proceso antes de lograr lo que quieres. Ese tiempo te permitirá:
- Determinar lo que te gusta y en qué eres bueno. Cualquiera que sea el programa no funcionará al instante, así que date el tiempo y la libertad de probar distintas actividades
- Trabajar en la organización. Al principio es un poco de prueba y error para descifrar cómo incluir el ejercicio en tu vida diaria y tal vez no logres ajustarlo a la primera.
- Aprender los ejercicios. No nacimos sabiendo los ejercicios. Debes aprender los movimientos, la técnica, la manera en que trabaja el músculo y practicarlos.
- Ganar estado físico. Tu cuerpo necesita tiempo para acostumbrarse al ejercicio, dale ese tiempo.

2. Planifica con anticipación.
Si ya vienes luchando con el ejercicio, cualquier cosa que se ponga en el medio puede descarrilarte, cualquier inconveniente que surja se convertirá en la excusa perfecta para no salir a hacer ejercicio, desde las medias que no puedes encontrar hasta que la playlist de tu reproductor de mp3 no se cargó. Háztelo más fácil:



- Planifica tus sesiones. Determina qué días irás al gimnasio y cuáles saldrás a andar en bici. En el gimnasio, planifica qué ejercicios te tocan por cada día, y en tu cardio cuánto tiempo lo harás, si lo harás por las mañanas, por las noches, cuándo. Planifica para que puedas prepararte con anticipación.
- Empaca. La noche anterior prepara tu bolso con todo lo que necesites. Ropa, calzado, agua, guantes, ipod, etc.
- Ten algo apetecible cerca. Lo siento, no estaba hablando de una hamburguesa. Entrenar con hambre es el beso de la muerte. Ten a mano snacks como yogurt, queso, frutas. Es bueno estar preparado.



3. Comprométete a fondo con tu entrenamiento.
Cuando se  planifica un entrenamiento generalmente surge la sensación de compromiso al mismo tiempo, pero cuando llega el momento de hacerlo surgen los “a menos”. Ejemplo, “entrenaré esta noche cuando vuelva de la universidad o del trabajo . . . a menos que esté muy cansado/ no me sienta con ganas de entrenar/ algo mejor suceda” Evita la charlatanería mental.
- Que sea oficial. Es decir, ponlo en tu agenda: “reunión con mi cuerpo a las 7 am” “8 am: sesiones de salud” lo que sea. Hazlo oficial, a esa hora tienes un compromiso así que trátalo como tal.
- No negociable. Sal a entrenar, sin importar lo que pase. Si llueve tómate un taxi hasta el gimnasio, si hace calor haz una hora de natación, si está nublado entrena, si no estás de ánimo entrena (el ejercicio es uno de los mejores remedios antiestrés naturales). Que sea no negociable es la naturaleza del compromiso. Y puedes aplicarlo a cualquier otro aspecto de tu vida que creas importante que también funcionará.
- Haz como los perros de carrera. No digo que pongas un hueso delante tuyo y así salgas a correr. Todo será más fácil si sabes que hay algo bueno después. Un baño caliente, un masaje, entradas para el cine el fin de semana si cumples tu rutina, ropa nueva cada 15 días, etc. Búscate un incentivo, no podrás creer las maravillas que hace con tu entrenamiento.

4. Hazlo por las mañanas si puedes.
En lo personal cualquier momento es bueno para hacer ejercicio, siempre que lo hagas. Sin embargo parece que quienes se entrenan por las mañanas suelen ser los más constantes. Estas son algunas ventajas de entrenar por las mañanas:

- Es más fácil mantenerte en tu rutina si es lo primero que haces.
- Tienes más energía por el resto del día
- Aceleras tu metabolismo
-Te preparas para un día mucho más saludable
- Ayuda a dormir mejor
Consejos para convertirte en un atleta matutino:
- 3, 2, 1 arriba! Ponte la ropa de entrenamiento tan pronto te levantes de la cama y comienza a moverte antes que tu mente te llame otra vez a la dormir un ratito más
- Un pequeño soborno. La promesa de un paseo, de ver una película o invitar a tu pareja a salir puede levantarte de la cama más rápido de lo que piensas.


  ¡En el  próximo post continuaremos con esta serie de valiosos consejos para incorporar el ejercicio a tu vida!





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